Juanjo García Gómez, Valencia
El grupo popular presentó ayer unilateralmente una propuesta de nuevo reglamento de las Corts, la norma que regula las reglas de juego del Parlamento valenciano. Es la misma proposición de ley que hace meses planteó a la oposición y que, como ya publicó este periódico, incluye novedades como la figura de los no adscritos (destinada a los tránsfugas, que quedarán anulados parlamentariamente) o la question time (preguntas improvisadas al presidente del Consell en la sesión de control). El portavoz popular, Serafín Castellano, justificó la decisión de promover la reforma profunda de una norma tan esencial sin consenso en que la oposición «se niega a negociar» pero no va a permitir que ésta «paralice el Parlamento».
Antes del verano, la oposición abandonó los trabajos de la ponencia alegando que el PP se había desdicho de un acuerdo para retirar del texto las referencias a «idioma valenciano». Ayer, Antoni Such, del PSPV, y Joan Ribó, de EU, censuraron la imposición y, aunque indicaron que presentarán enmiendas para mejorarlo, advirtieron que un reglamento a la trágala es un texto «que nace con voluntad de cambio; cuando cambie la mayoría, no valdrá», según Ribó.
Para «disfrutarlo» en la oposición
La propuesta cambia de arriba a abajo el funcionamiento de la Cámara y pone fin a prácticas que han servido al PP para manejar a su antojo el Parlamento desde 1995 y, desde 1983, al PSPV. Como ejemplo, los grupos decidirán la prioridad para debatir sus iniciativas (ahora va por fecha de registro) y las solicitudes de comisiones de investigación deberán tratarse como máximo en el segundo pleno desde su paso por la Mesa. La actual mayoría llegó a congelar, sin permitir el debate, propuestas de investigación. A ocho meses de las elecciones, es un reglamento para disfrutarlo en la oposición.
Pero además, la propuesta sirve al PP para terciar en la cada vez más vidriosa negociación de un pacto prelectoral entre EU y el Bloc, en el que sectores de la izquierda han depositado las esperanzas de un posible cambio en 2007. Quien piense en esa coalición como un matrimonio de conveniencia destinado a la separación una vez iniciada la legislatura, que se olvide. Los diputados del Bloc quedarían como no adscritos y sin a penas capacidad parlamentaria ni de financiación. De este modo es un elemento de desincentivación del acuerdo aunque, una vez sellado, garantizará su continuidad. Al margen, introduce la posibilidad de cambiar al presidente de las Corts previa expulsión del partido.
Otro dato es la previsión de los populares de que entre en vigor el 1 de diciembre, antes del debate de los presupuestos (que aligera de forma sustancial) y la discusión interna en el PP sobre la lista autonómica. La norma vacuna contra cualquier tentación zaplanista de irse al mixto. Castellano destacó que las Corts se convertirán en el Parlamento «más ágil, eficaz y transparente de España» con una reforma necesaria al menos para adaptar el reglamento al Estatuto.Such vio «un sarcasmo» que los populares presenten «como un gran avance democrático» un nuevo texto cuando «han impuesto un estado de excepcionalidad» en las Corts.
Font: Levante-EMV 29/06/09
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