Lamento haber dicho ayer en estas páginas lo del «batiburrillo», porque el portavoz del Consell, Vicente Rambla, quizás por ello se vio obligado ayer a prescindir de una expresión tan cara a los dirigentes populares para describir el posible tripartito valenciano resultante de la alianza entre el PSPV y lo que ya se llama Compromís pel País Valencià. No obstante, no le faltó imaginación al aludir a Herri Batasuna, ya que, si la intención es meter miedo, no está mal. Quizás un punto exagerado para que sea efectivo. No se privó, sin embargo de utilizar la alusión a la mezcla del agua y el aceite, citada también ayer por mi compañero Francesc Arabí, para expresar la dificultad de conciliar EUPV y el Bloc.
No obstante, no pierdo la esperanza de que renazca el uso de la palabra «batiburrillo» en boca de los dirigentes del PP, porque con toda seguridad insistirán en ello para intentar espantar el electorado al PSPV de Ignasi Pla. Este, sin embargo, parece lógico que no aluda al posible pacto postelectoral en su campaña, precisamente para no alarmar a determinados sectores de sus votantes. Por eso confieso mi relativa sorpresa con sus declaraciones de ayer, en las que, preguntado sobre el pacto, proclamó su disposición a liderar el cambio y añadió que es posible «porque existe una mayoría social que lo constata y vale la pena». Aludió con claridad a la posibilidad del tripartito al decir que trabajará para que una «nueva mayoría parlamentaria dé vida a esa mayoría social». Así pues, el candidato socialista a la Generalitat, no renuncia a presentar el elemento movilizador que supone pensar que en esta ocasión, con el pacto, hay más posibilidades que en anteriores convocatorias de que el PP pierda la mayoría absoluta de que goza hace casi ocho años en las Corts y con ella la presidencia de la Generalitat que ocupa hace casi 12.
Sea como fuere, el interés que populares y socialistas muestran por el pacto recién nacido, que algunos ya bautizan como Ensalada Valenciana, es indicativo de su posible transcendencia electoral. El listón del 5% para entrar en las Corts ha hecho que el Bloc se quedara fuera en las dos últimas convocatorias por solo unas décimas, cuando superaba con creces los 100.000 votos. Es cierto que toda coalición despierta un cierto rechazo entre los electorados de sus respectivos integrantes. Pero no lo es menos que en este caso una parte de posibles votantes del Bloc, que tradicionalmente ejercían el voto útil al partido socialista, pueden acabar incrementando el volumen parlamentario de la ensalada.
Tras el pacto, la primera consecuencia es que el resultado electoral es más incierto. El PP recurre a Batasuna porque tiene menos segura la mayoría absoluta, única posibilidad de seguir en el poder.
Font: Levante-EMV 30/11/06
30.11.06
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