El difícil pacto electoral a la izquierda del PSPV

A pesar de la intensidad en el empeño y la diversidad de frentes que han presionado en favor de la cristalización del pacto electoral entre Esquerra Unida y el Bloc Nacionalista, el intento no ha superado la primera prueba. De hecho, en estos momentos no hay pacto, y el fracaso de la oferta lanzada por EU a los nacionalistas moderados está dejando traslucir la profundidad de la crisis interna que padece la plataforma de izquierdas, en cuyo seno se mantienen, en estado de crónica relación con los demás federados, aquellos que todavía gustan de llamarse Partido Comunista. Ese PC nada tiene que ver con la formación que lideró la política antifranquista en los años duros, ni siquiera con el que padeció una tras otra las escisiones de su adaptación a los tiempos democráticos y felizmente capitalistas. Los restos del PC, a lo que parece, actúan como elemento desestabilizador de la propia coalición a la que pertenecen, entre otras razones, porque la rivalidad entre sus dos líderes nacionales -Llamazares y Frutos-, lejos de cejar, va en aumento.

Teniendo en cuenta la batalla interna en Esquerra Unida -y en la nacional IU-, con tendencias a favor de una refundación comunista a la italiana, grupos que prefieren la modalidad del polo también a la italiana, o de la iniciativa siguiendo el modelo catalán, con diversos ámbitos ecologistas esperando noticias de las coyunturas para ganar posiciones y aún con otros grupúsculos, algunos incluso en abierta competencia con el Bloc... nada augura un pacto de mínima estabilidad electoral a la izquierda del PSPV-PSOE, al menos de momento y por bastante tiempo. Otra cosa es que, acuciados por las encuestas, en el tramo final del 27 de mayo, se llegue al pacto in extremis... La pregunta, obvia, entonces, versará sobre cómo podrá conformarse una hipotética alternativa de gobierno -el tripartito a la valenciana- con los mismos y a veces tan antagónicos protagonistas, a los que el propio Joan I. Pla acaba de definir como izquierda «radical y burocrática».

Font: Levante-EMV 12/09/06